El uso de los códigos QR está empezando a generalizarse por fin en nuestro país y el resto de Europa. El siguiente paso a seguir es no limitar sus usos a la vinculación con nuestra página web, cuando en realidad hay un mundo de posibilidades.
El primer uso que se les dio, parece ya olvidado, pero fue el industrial, pegando etiquetas a los productos para controlar los almacenes.
Las empresas más actuales ya lo dirigen directamente a su página de Twitter o Facebook para que los sigas o le des a Me Gusta sin ningún esfuerzo.
En algunos restaurantes se pueden encontrar en el menú estos códigos. Te indican no sólo el precio, sino la fecha de captura del pescado que tienes en el plato, o el día que llegó al restaurante.
Y si nos metemos a vincular vídeos, las aplicaciones del código QR pueden ser tantas como queramos, desde explicaciones de uso, muestra de productos sustitutivos o complementarios, paseos virtuales...
Se puede aplicar esta tecnología a cualquier producto o servicio insertando el código en el diseño de la etiqueta. Una forma fácil y de bajo coste de acercar al cliente todo tipo de información.
Asique ya lo sabéis, limitar el uso del QR a la página web es cosa del pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario